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Adaptación cinematográfica del cuento "El espectador" de Andrés Caicedo (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Esperamos que la lectura de
las siguientes páginas corresponda a las expectativas
sugeridas anteriormente, pues hemos realizado nuestro mayor
esfuerzo en la consecución de un guión que coincida
con el valor
simbólico y semántico propuesto por Andrés
Caicedo en el texto
original.

LUIS ANDRÉS CAICEDO ESTELA


Santiago de Cali

1951- 1977

1. SOBRE
LA NARRATIVA DE ANDRÉS CAICEDO

"El artista se busca a sí mismo,
se construye

a sí mismo a través de su
obra"

Andrei Tarkovski.

Andrés Caicedo concede a la historia literaria, teatral
y cinematográfica de nuestro país, una obra que si
bien no es extensa dada la rapidez de su partida, e inacabada
frente a las posibilidades estilísticas y temáticas
que la madurez de los años le hubiera aportado a su
carrera, representa un aporte de gran importancia en cuanto a la
innovación en las formas, la
implantación de nuevos referentes artísticos y su
visión particular para explorar lo sombrío de la
condición humana.

Desde temprana edad, Andrés establece un fuerte
vínculo con la literatura, relación
que le permite convertirse en un escritor precoz; además,
fue crítico, guionista y director de cine, por
vocación; hombre de
teatro (actor,
director y dramaturgo), gracias a esa relación con el
arte que solo
las personas de talento como él logran establecer; poeta
en los pocos instantes en que los versos eclipsaron su prosa
fragmentada y creativa; caricaturista y melómano, por
afición. Un creador incansable consumido por sus propios
fantasmas.

Su obra para la literatura está influenciada por
el trabajo de
los escritores del "boom" de la narrativa latinoamericana,
aspecto que se hace evidente en el lenguaje
urbano de sus relatos, el predominio de personajes adolescentes,
la incorporación del punto de vista y narración
fragmentada en algunos de sus cuentos. Sin embargo,
la influencia más importante la recibe de los escritos de
terror y suspenso de Howard Phillips Lovecraft y Edgar Allan Poe,
a quienes leyó desde
su infancia.
Así es como lo macabro y lo grotesco se hace presente en
la mayoría de sus historias, razón por la cual los
personajes sucumben ante el horror, el crimen, el encierro y la
fatalidad que les envuelve en un descenso progresivo hacia la
perdición.

El centro del universo
literario creado por Andrés Caicedo lo compone el cine y
la ciudad. La ciudad de Cali como un ambiente
marcado por la perversión, criminalidad y angustia que
rodea a sus personajes en su mayoría adolescentes, quienes
terminan atrapados por la droga, la
locura, el canibalismo, la lucidez extrema que los envuelve en la
desesperanza y la belleza femenina como símbolo de maldad.
El cine, en la mayoría de los casos, surge como refugio
frente a la soledad y el desarraigo producto de la
exclusión al que los condena la sociedad, para
otros es el mecanismo que los enfrenta con sus propios fantasmas.
"Cuando yo iba a cine salía con un infierno
adentro
".

El trabajo
narrativo de Andrés Caicedo ha sido clasificado por Sandro
Romero y Luis Ospina, a quienes nombró en su testamento
como albaceas de su obra, en tres momentos: el primero, su
producción entre 1966 y 1968, donde se
encuentran sus escritos de adolescencia
publicados en los diarios El espectador y Occidente
de Cali; a esta etapa pertenece el cuento:
"Infección", relato de un joven atormentado por la
soledad, quien con una profunda lucidez refleja la
incomunicación y la agonía de vivir en la ciudad.
"Sí, odio a Cali, una ciudad con unos habitantes que
caminan y caminan…y piensan en todo y no saben sin son
felices, porque no pueden asegurarlo".

La segunda etapa de su obra la componen los escritos
realizados durante 1969, entre los que se incluyen las piezas
para teatro: Las curiosas conciencias, El fin de las
vacaciones
, Recibiendo al nuevo alumno, El
mar
, Los imbéciles también son
testigos
y La piel de otro
héroe. Los cuentos: Por
eso yo regreso a mi ciudad, Vacío, Besacalles, De arriba
abajo de izquierda a derecha, El espectador, Felices amistades y
¿Lulita que no quiere abrir la puerta? De este
período analizaremos más adelante el cuento "El
espectador", texto que da origen a nuestro trabajo de
adaptación. Es importante anotar que en ese momento
Andrés tenía tan solo dieciocho años de edad
y una gran pasión por el arte, pues no solo
escribía para el teatro y la literatura, sino que
también incursionaba en la crítica
cinematográfica, con sus primeras reseñas para la
revistas Hablemos de cine de Perú.

El tercer momento en la carrera literaria de Caicedo
incluye todos los relatos que se relacionan con la saga de
Angélita y Miguel Ángel hasta la
publicación de su obra más importante, la novela
¡Que viva la música! En esta
etapa inaugura el cineclub de Cali, se afianza como
crítico de cine, viaja a Estados Unidos
con la intención de vender los guiones que ha escrito y
consolida su trabajo narrativo. Lastimosamente, también es
la etapa en donde la angustia y la sensación de fracaso
comienzan a inundarle: Andrés no se repone de la fallida
venta de sus
guiones en Hollywood. "Es la conciencia del
fracaso la que no me deja en paz. Digo, ¿Considero un
fracaso haber venido acá y no haber vendido nada?
Considero un fracaso no poder regresar
ya, ahora
…". Además, su tormentosa
relación con Patricia Restrepo le va apagando el deseo de
continuar.

Lo que he sentido hoy al menos por tres horas me hace
pensar que tengo adentro un río de arena hirviendo que
poco a poco se agota en un hoyo profundo y negro, y no tengo
tiempo para
probar en verdad el placer de la compañía, eso
que intuyo, el placer de la celebración, del amor, de la
música.

De este tercer momento en la vida literaria de
Andrés Caicedo hablaremos de la trilogía de
Angélita y Miguel Ángel editada bajo el
nombre de Angelitos empantanados o historias para
jovencitos
, escrita entre 1971 y 1972. En estos relatos se
describe el mundo de los adolescentes del segundo A del Colegio
San Juan Berchmans – allí Andrés estudió
algunos años de su bachillerato. En estos relatos se
incluyen personajes como: Solano Patiño, Danielito Bang y
Héctor Piedrahíta Lovecraft, quienes reaparecen en
otros cuentos como personajes centrales. De esta manera,
Andrés configura un mismo universo narrativo regido por el
miedo, el encuentro con el horror, la derrota adolescente ante la
vida, la marginalidad y
fatalidad. Esto impulsa a los personajes a refugiarse en el
encierro o la muerte como
única alternativa frente a la angustia que les envuelve.
"Y experimenté entonces una atormentadora angustia, una
angustia sin fin a la que no le encuentro nombre, cada vez que
hablo, cada vez que hablo, sabía, esa noche, una vez
más, que todo lo que dijera serviría sólo
para perderme".

Como señalamos previamente, el estilo narrativo
de Andrés Caicedo no había alcanzado aún su
madurez total, sin embargo, es posible reconocer ciertos rasgos
particulares heredados de las lecturas que lo influenciaron.
Entre ellos:

a) La discontinuidad entre tiempo interior y
narración
: el lector experimenta la sensación
que los sucesos no avanzan, pues mientras el narrador presenta
los eventos entra en
divagaciones que desbordan el relato inicial. Esta
característica es notoria en la primera parte de Angelitos
empantanados o historias para jovencitos.

b) La permanente muda de narrador: generalmente
se alterna entre un narrador en tercera persona
omnisciente y primera persona protagónica. Como es el caso
del cuento El espectador:

Entonces Ricardo González fue golpeado.
Sintió aquello que se estrelló contra su nuca
cuando todavía estaba descifrando la respuesta del
gordo. Un golpe allí y después ese puño
del gordo y su cara más atrás, algo que choca
contra su espalda y los gritos alegres de esos niños, y si me pegan otra vez
allí
se me va a reventar todo pero no saldrá
sangre, se
reventará, dijo que no le había gustado pero no
fue él, yo he venido para que hablemos de la
película…

c) Presencia de un lenguaje
ligado a la oralidad caleña
: el lenguaje
víncula las historias de Andrés dentro de una
sociedad y tiempo específico y refleja las manifestaciones
culturales caleñas, las cuales usa como referente para
crear su universo narrativo. El cuento El Espectador
vuelve a servirnos de referencia para ejemplificar esta
característica, aunque las variantes
lingüísticas propias de la ciudad de la época
del autor se aprecian lo largo de su obra. "Buenas tardes-
dijo Ricardo. Comencé mal. En esta ciudad se saludan
diciendo hola o quiubo"

d) La creación de universos inconscientes:
Los protagonistas de sus relatos, en su mayoría, son seres
atormentados, así que la narración por momentos se
presenta de manera discontinua entrecruzándose la realidad
con deseos o pesadillas de los personajes.

Para cerrar este apartado dedicado al trabajo literario
de Andrés Caicedo, es suficiente con reafirmar la vigencia
de su obra dentro de la literatura nacional y señalar que
aún la crítica no termina de explorar en
profundidad las historias de este jovencito que con su partida
nos negó la posibilidad de conocer la madurez de su
carrera, la cual habría sido muy fructífera para el
arte de nuestro país.

1.1. CONSTRUCCIÓN DE MUNDO: CIUDAD Y
VÉRTIGO VITAL

"Anda en busca de una ciudad que se
llama Cali,

que todavía debe existir porque
cuando

se acabe Cali se acaba el mundo
entero".

Andrés Caicedo.

.

1.1.1. A propósito de literatura y
ciudad.

Cali es el escenario único de las historias
creadas por Andrés Caicedo para la literatura. Sus cuentos
y novelas surgen
y se desarrollan en su ciudad, a la que convierte en protagonista
de su obra al imprimirle su visión particular y
presentarla como centro de las relaciones sociales y culturales
de sus personajes.

De acuerdo con lo anterior, surge la necesidad de pensar
la obra de Andrés Caicedo desde una perspectiva de
literatura urbana. Para ello, es importante precisar cuál
es nuestro concepto de
literatura de ciudad y clarificar que la simple referencia a
lugares de Cali en los relatos de Andrés, no es suficiente
para incluir su trabajo dentro de este género.

Entendemos como literatura urbana al tipo de historias
que además de ubicarse espacialmente en la ciudad, logran
narrar la forma particular de socialización de los individuos frente a la
urbe que habitan y su universo interior. Es decir, la
representación ficcional de las relaciones sujeto-ciudad y
ciudad-comunidad
narradas en el texto a partir de la apreciación
simbólica que los personajes logran establecer con los
referentes culturales, sociales, y religiosos que cada ciudad
establece.

En cuanto a esto diremos que, al contrario de lo que
podría pensarse, la literatura urbana no aparece con el
nacimiento de las grandes metrópolis y megalópolis
postmodernas, donde sus habitantes se desenvuelven entre la
velocidad y el
anonimato, la multitud de sus calles y la soledad interior. Su
originen proviene del momento en el cual la humanidad establece
la consolidación de la razón como centro de su
desarrollo, lo
que se traduce en la aparición de la
industrialización y el capitalismo.
Es decir, el pensamiento y
las formas de vida del hombre se transforman de una
concepción provinciana estrechamente ligada a la religión, en la
proyección de un individuo
letrado abierto a nuevas formas de concebir lo moral y lo
social.

Por lo anterior, la literatura urbana aparece con la
novela
realista del siglo XIX, aunque la ciudad ha sido incluida en las
obras más importantes de la literatura de los pueblos
antiguos, es con la novela realista europea donde se hacen
evidentes los nuevos modos de vivir y de pensar. Así que,
las ciudades de la época se proyectan como escenario de
desarrollo de un nuevo modelo social,
la burguesía.

En la década en la que Andrés Caicedo da
vida a su obra, en nuestro país no se contaba con un
número significativo de producciones literarias que
pudiéramos enmarcar dentro de la categoría de
relatos urbanos, entre otros aspectos porque la ciudad se estaba
consolidando como proyecto
modernizador. En el caso específico de Cali, la construcción del Ferrocarril del
Pacífico en los años treinta, la
industrialización producto del crecimiento de los ingenios
azucareros e instalación de fábricas y
compañías trasnacionales, permitieron a la ciudad
convertirse en el principal centro urbano y comercial de la
región. De esta forma, se fueron incorporando nuevos
modelos
culturales producto de la migración
de habitantes de diversos lugares y la transformación en
las costumbres, creencias y comportamientos que exige la vida
urbana.

Lo interesante en el trabajo de Andrés Caicedo
reside precisamente en el hecho de convertirse en uno de los
escritores colombianos pioneros en narrar dichas transformaciones
y convertir a la ciudad en tema, escenario y personaje de sus
historias.

Andrés Caicedo adopta a Cali como fondo
citadino de su novela y recrea los nuevos valores
urbanos para presentar a sus personajes inmersos en una ciudad
en crecimiento, donde ambos, ciudad y personajes, sufren las
consecuencias de la modernización y la
transformación de la ciudad.

Ahora bien, la ciudad narrada por Andrés es
producto de su representación subjetiva y de su particular
forma de sentir, pensar y soñar la Sultana del Valle de su
época. Cali es evocada, capturada, evidenciada, a
través de la oralidad, la música, el cine, los
mitos
construidos por los personajes y el costumbrismo de sus
habitantes. Lo anterior, permite concebir a Santiago de Cali como
"Calicalabozo", un lugar que espera pero no le abre la
puerta a los desesperados y como "Caliwood", una ciudad en
donde todo existe y significa a partir de la relación que
sus habitantes establecen con el cine.

El proceso de
modernización produce una ciudad culturalmente diversa,
que Andrés presenta en su obra a partir del contraste en
las posiciones asumidas por los personajes y las temáticas
desarrolladas en sus historias. De esta manera, surge la
oposición entre: rumba y angustia, alegría y
desencanto, norte y sur, salsa y rock and roll,
las galladas y la soledad, el amor y la
muerte.

La ciudad narrada se opone a la ciudad real en tanto
aparece como un ambiente oscurecido por el encierro y la
fatalidad que rodea a los personajes en oposición a la
idea de La Sultana del Valle como la sucursal del cielo o
la capital
mundial de la salsa, espacio caracterizado por el civismo y la
alegría de sus habitantes. Sin embargo, el trabajo de
Andrés Caicedo adquiere relevancia dentro del marco de la
literatura urbana por el predominio que le otorga a Cali como
escenario de su obra y por la percepción
especial con la que logra configurar su ficción de
ciudad.

1.1.2. La ciudad narrada por Andrés
Caicedo

La ciudad narrada por Andrés se presenta como una
sociedad provinciana estructurada claramente en su
división espacial, en donde sus habitantes se reconocen
con facilidad en sus calles y en los lugares que frecuentan. Se
evidencia también, las costumbres de la clase alta y
los patrones que caracterizan a las clases bajas; es posible
además, reconocer los rasgos propios del lenguaje a partir
de la oralidad caleña presentes en la configuración
narrativa de la mayoría de su obra.

En algunos de sus relatos Cali aparece como un espacio
que excede los límites
entre ficción y realidad, pues se mencionan lugares de la
ciudad real que en la narración se perciben como ambientes
marcados por la fatalidad, donde los personajes generalmente
atrapados en su universo interior, encuentran la
perdición. El miedo de enfrentar la ciudad los invade,
así que se refugian en el encierro, los excesos y la
muerte.

En el cuento Infección, Cali se describe
como un ambiente repudiado por el narrador, quien critica la
estupidez e hipocresía de sus habitantes y sus formas
frívolas de asumir la existencia.
"Darse cuenta de que todo lo que hace no
sirve para nada".
En el cuento
"Vacío" y algunos pasajes de "Noche sin
fortuna",
la ciudad aparece como un espacio deshabitado.
Característica que podría entenderse a partir de la
interpretación interior de los personajes
respecto a su relación con la vida urbana y las
dinámicas que la componen, pues, si nada significa para
ellos nada existe realmente. "Han debido pasar como quince
minutos y no pasó nadie. Ni siquiera un taxi. Nada y esa
luna llena… me paré del muro y caminé por la
Avenida Sexta hasta llegar a mi casa. Vacía la fuente,
vacía la Bomba, vacío Oasis, allí donde yo
conocí a Angélita"…

"De arriba abajo, de izquierda derecha" narra la
historia de una pareja de adolescentes borrachos en busca de un
lugar donde tener relaciones
sexuales. La pareja es arrojada de todos los apartamentos y
fiestas a los que van. Su recorrido por Cali es una deriva que
revela una ciudad que rechaza a sus habitantes. "Caminaron
mucho tiempo por todo el centro de Cali buscando sitios donde
meterse, pero nada…"

En sus novelas El atravesado y ¡Que viva
la música!,
los personajes exploran todos los
ambientes de la ciudad. Las calles se convierten en el punto de
encuentro con el tropel, la rumba, la droga, lo decadente de la
sociedad, la intolerancia y la muerte. Las clases
sociales y la composición cultural de la ciudad se
delimitan entre el norte y el sur. El norte de la
burguesía, el sur de la marginalidad a donde se van
aproximando poco a poco los protagonistas. "En ¡Que viva
la música! el espacio estructura el
desarrollo de las acciones de la
obra, refleja el estado de
cosas de esa realidad, los tipos de cultura, las
relaciones entre las clases sociales, el modo de vida, la
actitud ante
la historia y el progreso"

Podría pensarse que la diversión y el
entretenimiento nocturno nacen con la modernización, al
menos en los términos impuestos por los
adelantos tecnológicos, por ello, su aparición en
los relatos literarios refleja la conducta del
hombre citadino. En este aspecto la producción de Caicedo
describe la vida nocturna en la ciudad de la época,
compuesta básicamente de rumbas y cine en los teatros de
barrio, eventos que permiten a los jóvenes protagonistas
de sus historias relacionarse con el resto de los habitantes de
la ciudad y enfrentarse a un ambiente diferente al del colegio y
la familia.
Experiencias que llevan a gran parte de los personajes de los
cuentos de Calicalabozo y los protagonistas de sus novelas
¡Que viva la música! y El atravesado a
perderse en los excesos.

La ciudad creada en el imaginario literario de este
escritor caleño la habitan en su mayoría
jóvenes de todas las clases sociales. Su obra se ha
mantenido vigente en las décadas siguientes dentro del
público joven debido a la habilidad con la que aborda el
sexo, la
rebeldía, la oposición a las concepciones morales
establecidas, las adicciones, los
miedos, la búsqueda de referentes e ideologías que
les permitan entender la sociedad en donde se desenvuelven y las
frustraciones que implica la vida escolar. Todos estos temas
abordados con la contundencia del lenguaje de su
generación y la composición narrativa de imágenes
visuales que describen de manera particular el ambiente
juvenil.

  • Siguieron caminando cogidos de la mano, y en cada
    esquina paraban para besarse nuevamente, y en una desas
    mientras recordábamos a los galanes encorbatados yo
    arme el cachirifo y metimos la yerba de un tirón, y
    en todas esas llegaron a un parque y se pusieron a calcular
    con pasos bien largos la mitad del parque para besarse
    allí con calma, sin apresuramiento, calculando hasta
    el ultimo detalle, acomodando los cuerpos con lentitud,
    haciendo girar uno en torno al
    otro sin despegarse un centímetro.

    La literatura urbana surge, también, como
    un medio para preservar la historia de las ciudades. Al
    respecto, el escritor colombiano, Oscar Collazos
    señala en su artículo "Memoria de las
    ciudades
    " lo siguiente: "La literatura ocupa el
    lugar que la
    memoria ha borrado".
    Frase que nos permite
    reflexionar, treinta y un años después de la
    desaparición del escritor caleño, sobre el
    aporte de su obra en relación con la
    representación del momento histórico en el
    que tuvo lugar. Al respecto, la literatura de Andrés
    evoca los teatros de barrio y su valor para la cultura y el
    entretenimiento de los caleños de la época,
    espacios hoy desaparecidos casi por completo y donde los
    pocos que subsisten ya no tienen la significación
    que se evidencia en las narraciones de Andrés o en
    los recuerdos de los caleños de entonces.

Para concluir, la ciudad narrada por Andrés
Caicedo es el resultado de su experiencia frente a los referentes
que encuentra en la ciudad real, por ello toman lugar elementos
macabros heredados del cine y la literatura de horror, se
evidencia un espacio geográfico apenas abierto a la
modernidad en el
que sus habitantes deben confirmar su rol de citadinos y se hace
presente la violencia como
producto de la desigualdad
social y la rebeldía juvenil. Es decir, Andrés
traslada a la ficción su apreciación frente a cada
uno de los referentes culturales y dramas sociales presentes en
la ciudad real. Y es que cada escritor imprime su visión
sobre la ciudad que narra, pues aunque se trate del mismo lugar,
la Cali de Caicedo no es la misma que la de Valverde.

Cada uno, habitante o autor, la elabora por su cuenta
según su geografía personal, su
historia familiar, social, cultural, ideológica o
laboral, o
según lo anónimo y desasosegado del
espíritu transeúnte de sus calles y de su tiempo.
Su perspectiva en el tiempo literario depende también de
cómo sea transmitido su momento histórico en las
distintas épocas.

1. 2. ANDRÉS CAICEDO Y EL CINE

"En él somos todo ojos, para
quienes

el descubrimiento del cine ha sido lo
más

importante de esta pobre
vida"

Andrés Caicedo

Quizá el referente que más
influenció la vida y obra de Andrés Caicedo fue el
cine, en él se inspiró para producir algunos de sus
escritos para la literatura y es sin duda, el medio en el que
refugió su soledad y dio vida a sus ilusiones interiores.
Su predilección por el séptimo arte inició
desde muy niño, a los doce años ya asiste varias
veces por semana al teatro. Desde entonces, encontró en
cada imagen proyectada
en la pantalla la posibilidad de concebir un mundo alejado del
suyo, en donde los personajes de ficción dan vida a
diversas historias que le permitieron evadir el tedio de su
existencia y olvidar los miedos que le rodearon desde siempre.
"Pensé que ninguno de esos rumbos que ahora veía
a medias importaba realmente, que la vida era la ilusión y
la realidad el cine…"

Ese rápido encuentro de Andrés con el
séptimo arte lo impulsó a tratar de conocer todos
los misterios que
desde el punto de visto técnico y narrativo cada
película contiene. Su inteligencia
le impedía conformarse con lo simple y su inquietud
progresiva por el arte lo llevó a examinar con
minuciosidad gran número de piezas
cinematográficas. Por esta razón, Andrés, se
encerró en los teatros durante largos períodos de
su vida para escudriñar lo artístico, lo
irreverente, lo verdaderamente importante de cada filme. La
revista Ojo
al cine
y El Cine Club de Cali son el producto de esta
pasión desbordada por el cine y el medio por el cual
logró expresar su visión particular en
relación con la estética de este arte.

Los western y las películas de horror fueron sus
géneros preferidos. Pero es el horror el que
consiguió fascinarlo; dan cuenta de ello dos de los tres
guiones para largometraje que escribió con la fallida
intención de vender en Hollywood y su cortometraje: "Un
hombre bueno es difícil de encontrar
". Al respecto,
Andrés definió el cine de horror como el equilibrio
entre la verosimilitud de la historia, el ambiente que el
director crea para otorgar dicho realismo y la
fuerza de las
imágenes para transmitir las emociones; de tal
forma, que el espectador logre dar cabida en su mundo, al mundo
que la película plantea. Los directores de la época
que se ganaron su admiración por los trabajos realizados
para estos géneros fueron: Jerry Lewis, Igman Bergman,
Alfred Hitchcock y Roman Polanski.

1.2.1. El papel del crítico y sus
artículos en Ojo al cine

Desde 1969, Andrés Caicedo empezó a
escribir comentarios sobre cine en diversos diarios de la ciudad.
En ese mismo año escribió guiones para teatro y
progresó en la escritura de
sus relatos para la literatura.

Estos primeros escritos se conservan en los archivos de los
diarios: El espectador de Bogotá, El diario
Occidente, El pueblo y El país de Cali; en la revistas:
Vivencias de Colombia y Hablemos de cine de
Perú
. En ellos se muestra su
visión particular respecto a las impresiones que cada
película le generaba. Los textos iban acompañados
de una reflexión crítica sobre los componentes
estructurales y estéticos de cada filme. Generalmente,
comparaba la cinta con trabajos anteriores del director dando a
conocer un balance sobre el progreso del cineasta y la
consolidación de su estilo. Además, contextualizaba
las temáticas de las películas en relación
con las tendencias de Hollywood y las virtudes o desaciertos de
las obras respecto a su género.

Ojo al cine nace a partir del trabajo que
Andrés y sus amigos más cercanos realizaban en el
Cine club de Cali, en donde antes de cada proyección
entregaban un folleto presentando información y comentarios críticos
sobre la película. En los folletos aparecían,
también, noticias
relacionadas con el Cine Club de Cali y se comentaba la
situación del cine en Colombia.
Salía a reducir la condición de los teatros y la
censura a la que era expuesto gran parte del material
cinematográfico que llegaba al país.

Con el tiempo, la idea de crear una revista fue
madurando y en 1974 aparece el primer ejemplar, el cual llevaba
el mismo título de los folletines, Ojo al cine. En
él colaboraron: Luis Ospina, Carlos Mayolo y Ramiro
Arbelaez. El propósito inicial de la publicación
era difundir los primeros trabajos cinematográficos que se
producían con gran esfuerzo en el país, entre los
que se incluía el documental sobre los VI juegos
Panamericanos, "Oiga mire vea" realizado por Mayolo y
Ospina.

La aparición de la revista confirmó el
papel de Andrés Caicedo como uno de los pioneros de la
crítica cinematográfica en el país. Desde la
primera publicación juzgó el cine como un colectivo
en donde las imágenes cobran vida a partir de la
visión particular de cada espectador, por ello en sus
escritos no esconde sus impresiones respecto a las obras que
analizó. De la misma forma, era conciente de que el
crítico debía ser objetivo en el
momento de apreciar cada trabajo, por lo que debía
alejarse de los condicionamientos enajenantes que la
mayoría del cine propone. En consecuencia, su tarea
fundamental debía consistir en decodificar los elementos
visuales y narrativos que componen el filme, con el
propósito de interpretar la película en su
conjunto, alejándose de la emotividad que los trucos
cinematográficos producen en el espectador. "…El
resultado de esta relación entre la pantalla y mi persona
no puede ser de alienación
".

Luego, la tarea del crítico debía
enfocarse en la estrategia
correcta para exponer sus argumentos a favor o en contra del
trabajo fílmico, sin descuidar el tono ameno, divertido y
claro que debe contener un texto de referencia
cinematográfica.

Amar el cine hasta el punto de concebir a partir de
él lo bello e importante de la existencia, le
permitió a Andrés tomar una posición
contundente en su actividad como crítico y su responsabilidad frente a los espectadores, por
ello no dudó en asumir lo que él consideró
una "actitud terrorista" frente a la obra
cinematográfica, actitud que se hace evidente en sus
escritos al poner en entre dicho la calidad de los
filmes enfocados a ganar oscares y entretener a las masas con
producciones que respondían a intereses económicos
y no artístico.

"Hay que alertar al espectador, darle conciencia del
peligro que significa el acto aparentemente trivial de ir a
cine, convencerlo que la mayoría de las veces
detrás del producto se encuentra una ideología dirigida en forma vertical
contra el consumidor"

Ahora bien, para Andrés era válido que un
filme expresara una ideología y ésta estuviera
enfocada en transmitir un mensaje a la sociedad por medio del
entretenimiento. Por lo tanto, el crítico no debía
dejar de lado el análisis de la película a partir de
la relación de ésta con el trabajo previo del
director, el género donde se instala y la sociedad a la
que pertenece. De esta manera podría transmitir a sus
lectores una interpretación apropiada de la obra y otorgar
los elementos de recepción necesarios para que el
público logre comprehender realmente el filme.

Al respecto, el trabajo de Andrés resulta
realmente interesante pues la mayoría de sus comentarios
sobre las películas más importantes de la
época estuvieron acompañados de una profundidad y
contextualización sorprendente, dado la dificultad de
difusión de muchas de ellas en el país y de la poca
información que sobre el cine norteamericano, europeo y
aún latinoamericano se podía acceder en la ciudad.
Barreras que solo la pasión de un verdadero
cinéfilo, como lo fue él, pudo derribar. Trabajo
que sorprendió a su generación y le permitió
escribir interesantes comentarios críticos sobre la obra
de directores como: Jerry Lewis, Roger Corman, Arthur Penn,
Robert Wise, Federico Fellini, Ingmar Bergman, Francois Truffaut,
Sam Peckinpah, el italiano Sergio Leone, entre otros grandes del
cine, a quienes les vaticinó la gloria o el olvido. Con
algunos se equivocó, con otros la historia le daría
la razón, pero decidió no quedarse para verlo,
abandonó la función
demasiado pronto.

Uno de los artículos más interesantes
publicados en Ojo al cine, es "El genio de Jerry
Lewis"
, un pequeño texto en donde el caleño
hace un interesante comentario sobre la figura del cineasta
norteamericano y la importancia de su trabajo dentro del
género de la comedia, al que calificó como un
homenaje audaz y original a la torpeza. Andrés
definía la torpeza como la importancia demasiado exagerada
que otorgamos a las personas y al mundo que habitamos, al punto
de creernos menos perfectos de lo que realmente somos, ajenos al
afecto o el reconocimiento, producto de la incapacidad de
aprovechar hasta la mínima parte correcta de nuestra
existencia. "Las joyas de la familia" y
"El doctor chiflado" encuentran el éxito,
según Andrés, precisamente en la capacidad de
burlarse de la torpeza y es allí donde se encuentra su
grandeza.

Cinco ejemplares de la revista Ojo al cine
alcanzaron a ser publicados, el sexto quedó inconcluso,
pues Andrés se suicidó poco antes de que la
edición
saliera a circulación. Gran parte del material publicado
en las ediciones de la revista sigue vigente gracias al trabajo
de Sandro Romero Rey y Luís Ospina. Artículos
importantes para la historia cultural de Cali, pues contienen los
comentarios más completos sobre crítica
cinematográfica de las décadas del sesenta y
setenta que se han publicado en la ciudad.

1.2.2. Andrés Caicedo y el festival de cine de
Cartagena

El Festival de cine de Cartagena es el evento del
celuloide más importante realizado en el país y uno
de los festivales destacados en el continente. Pese a las
dificultades y los altibajos que ha tenido en sus años de
celebración, continúa gozando de cierta
credibilidad entre cineastas, críticos y prensa
especializada del continente y Europa que cada
año asisten esperando ser testigos del crecimiento de la
industria en
este lado del mundo.

Durante las ediciones de 1974,1975 y 1976, Andrés
Caicedo se hizo presente como corresponsal de su revista Ojo
al cine
y después para el
periódico caleño El Pueblo, experiencia
que le permitió tener contacto con personalidades del cine
internacional, entre los que se incluye el director de cine
italiano Sergio Leone, quien Andrés conoció en uno
de sus viajes a
Estados Unidos y a quien tuvo la oportunidad de entrevistar
durante el marco del festival de 1975. Andrés
dialogó con él sobre su relación con el cine
western, a partir de su película: "Por un puñado
de dólares"
y sobre la idea que el director italiano
tenía en relación con la esencia del arte
cinematográfico. Además, dialogaron sobre el futuro
que se vislumbraba para la industria del cine en
Norteamérica y su opinión respecto al trabajo de
directores de gran importancia en ese entonces y que hoy son
ampliamente reconocidos, entre los que se incluyen: Luis
Buñuel y Federico Fellini. En la entrevista
que apareció publicada por completo en la revista "Ojo
al cine
", se hace evidente el amplio conocimiento
que Andrés tenía sobre el momento que el cine
atravesaba y la destreza para interrogar acerca de los
componentes de las piezas cinematográficas mencionadas, al
igual que su habilidad para exponer sus opiniones e impresiones
respecto al trabajo de directores y actores de gran importancia
en ese momento.

Aunque sin duda el festival le permitió crecer en
su oficio de crítico de cine y tener acceso a
películas que difícilmente llegarían a Cali,
también constituyó una decepción pues los
artículos que escribió para la prensa caleña
nunca fueron publicados como él los envió, debido a
que las noticias de farándula y las frivolidades propias
de este evento interesaron más al público que los
escritos especializados de Andrés.

1.2.3. El cine club de Cali

La amplia influencia de la que fue objeto la juventud
caleña en la década del setenta de fenómenos
como: La Revolución
Cubana, los ideales socialistas, el movimiento
hippie, la música rock, el "boom" de la narrativa
latinoamericana, los ecos de la filosofía existencialista de la posguerra,
entre otros eventos históricos e ideologías
culturales, producirían el despertar intelectual que
sirvió como contexto a la aparición del Cine Club
de Cali. La ciudad y el mundo estaban cambiando y con ellos la
forma como la juventud concebía su existencia, por ello,
los jóvenes más inquietos mostraron sus inquietudes
frente a su sociedad a través de manifestaciones
artísticas como el teatro, la música, la literatura
y el cine.

Hacia 1970 Andrés hacia parte del Teatro
Experimental de Cali (T.E.C); con su colaboración
comenzó la proyección cada martes de
películas en 35 milímetros en la sede del grupo teatral
y posteriormente lo hizo los sábados en el teatro Alameda.
Al año siguiente se independizó del T.E.C e
inició lo que sería el ritual obligado de muchos de
los jóvenes caleños durante seis años,
asistir cada sábado al teatro San Fernando a disfrutar de
lo mejor del cine mundial.

En este proyecto lo acompañaron: Oscar Campo,
Carlos Mayolo, Luis Ospina, Ramiro Albeláez y Hernando
Guerrero, sus más cercanos colaboradores con quienes
entabló una profunda amistad motivada
por el interés
por las artes, el fervor por revolucionar la cultura de su ciudad
y la necesidad de generar alternativas que les permitiera escapar
del aburrimiento. Fue este último, Hernando Guerrero,
quien fundó "Ciudad solar", una especie de casa
cultural, donde organizaron gran parte de las actividades
realizadas para la revista Ojo al cine y el Cine club
de Cali
. Tiempo después, asumió la dirección de la casa Luis Ospina y el lugar
se convirtió en el centro de todas las actividades del
grupo entre los que se incluyó "Cine
subterráneo
", una extensión en 16
milímetros del cine club de Cali.

Al teatro San Fernando asistió todos los
sábados un público heterogéneo en el que se
incluían artistas, intelectuales,
estudiantes, hippies, amas de casa, parejas de enamorados y toda
clase de espectadores ocasionales quienes por curiosidad o
aburrimiento acudían a la cita del medio día con el
séptimo arte. Actividad que se mantuvo por un año
más luego de la desaparición de Andrés
Caicedo.

1.2.4. Los espectadores según Andrés
Caicedo

El trabajo de Andrés en el Cine Club y la revista
Ojo al cine respondía a un deleite personal hacia el arte
cinematográfico, pero también a su deseo de
consolidar en la ciudad un público con el criterio
necesario para calificar una película por la propuesta
artística y narrativa, más que por la
espectacularidad de elementos carentes de sentido
artístico. Dicho interés se hace evidente en la
siguiente clasificación donde expone su concepción
respecto al rol de los espectadores:

  1. El espectador medio, pequeño
    burgués, que va dos veces por semana al cine,
    después del trabajo y siempre
    acompañado.
  2. El espectador intelectual, de formación
    universitaria que reconoce en el cine una poderosa forma de
    expresión y penetración ideológica, y que
    prefiere, llegado el momento de escoger, films de directores de
    calidad reconocida …
  3. El lumpen, que cubre íntegra la
    programación de cada día de las
    salas de barrio o sectores en donde cunde la delincuencia. Se refugia en el cine para huirle
    al trabajo. Entra a las dos de la tarde se repite el programa dos
    veces, duerme, y sale ya de noche, a dormir.

Esta visión sobre los espectadores se refleja en
algunos de sus personajes de ficción, quienes estuvieron
marcados por una relación profunda con el cine. Es el caso
de Ricardo González, protagonista del cuento: "El
espectador"
, para quien la búsqueda de un
"espectador intelectual" con quien hablar de cine refleja
el deseo de Andrés por ser comprendido en cuanto a su
producción como crítico y escritor. En este
sentido, a Andrés le produjo un interés particular
la apreciación que respecto al cine poseía el
Espectador lumpen, por ello, siempre estuvo atento a la
programación de los teatros de barrio e incluye este tipo
de público en relatos como el "Tiempo de la ciega",
cuento del que hablaremos más adelante.

Andrés en su rol de espectador encarna lo que
él denominó "Un espectador total". Alguien
capaz de comprender todo en cuanto la construcción y
significación de la obra fílmica, intento que lo
llevó a refugiarse por largas temporadas en los teatros,
intentando alcanzar el proyecto de "conocerlo todo" en
relación con el séptimo arte. Idea que
contribuyó en su enorme conocimiento sobre la obra de
muchos realizadores y le aportó temáticas y
personajes que terminaron dando origen o invadiendo sus textos de
ficción. Lamentablemente, también ayudó a su
inestabilidad emocional e inconformidad con la realidad.
"… Y me entraba al teatro a mi cita con la oscuridad,
para salir a eso de las once o doce de la noche o ya de
mañana; y fue allí donde probé por primera
vez la anfetaminas"

Para Andrés la idea de un lector total era
imposible dado la cantidad de libros dignos
leer que a su concepto habían sido publicados. En el
cine, invento más reciente y en donde el
material de calidad que se puede encontrar es muy inferior, la
idea de saberlo todo, al menos en cuanto a producciones de
calidad, para él era perfectamente posible.

1.2.5. Sus relatos sobre cine

Ya hemos mencionado la amplia influencia del cine sobre
el trabajo artístico de Andrés Caicedo, pero no por
ello se puede hablar de una literatura cinematográfica en
su obra, pues si bien en su estilo narrativo se aprecian algunas
imágenes visuales que podrían relacionarse con el
séptimo arte, no podemos asegurar que su forma de narrar
esté marcada por amplias descripciones de orden visual o
por la presencia permanente de múltiples puntos de vista.
No obstante, el cine se hace presente en los argumentos de varios
de los cuentos incluidos en "Calicalabozo", todos ellos
abordan de manera especial la relación cine- espectadores-
espacio real (Cali). Aunque presentaremos una aproximación
analítica respecto al cuento "El espectador", eje
central de este trabajo, creemos importante incluir la
visión que acerca del cine arrojan los cuentos:
Calibalismo, Los mensajeros, Destinitos fatales y El tiempo de
la ciega.

"Calibalismo" es un relato de 1971, en el que a
través de un narrador en primera persona se configura
el universo
del personaje quien describe ampliamente su relación con
el cine. Relación que se establece en dos
sentidos:

El primero, entendido como el acto de ver cine y
que se relaciona con la apreciación e
interpretación del personaje respecto a las
películas mencionadas en el texto. En el cuento predominan
las referencias a los filmes que a partir de la obra del escritor
Edgar Allan Poe, realizaron los directores: Roger Corman,
Federico Fellini y Robert Wise, trabajos que de acuerdo al
narrador partían de la temática de horror y
misterio propios de Poe, más no de su narrativa. " Esas
películas que no tienen nada que ver con Poe, pero que
perduran allí y si uno se las repite por quinta vez, pues
dice por quinta vez son una belleza"
. Además, se
vislumbra la apreciación del personaje respecto a la
configuración de la obra del escritor norteamericano y la
relación que establece entre el trabajo fílmico y
la pieza literaria. Asunto evidente debido al cambio que el
cine produjo en la recepción de las historias. "Como
hubiera escrito Poe si hubiera conocido el cine
"

El segundo, se refiere al acto de ir a cine. En
este sentido se aprecia la relación con la sociedad y la
cultura que establece el narrador a partir de lo que
podría denominarse el ritual de ir al cine, al respecto
asegura:

Entrado a una sala a la que después de una
señal se apagan las luces y entonces uno entra en ese
sueño, en ese viaje colectivo de búsqueda de
recuerdos que es el cine… si alguien habla todo el mundo
dice chito y si la persona no obedece el chito todo el mundo se
le va encima.

El protagonista de la historia vive su despertar sexual
en el teatro, al involucrarse con María una chiquilla que
vive en la calle, quien se para junto a la taquilla cada
función y con un ¿Papito me entra?, logra que
algún joven solitario pague su boleto. Se produce
así, un intercambio de intereses entre el personaje
protagonista y la chica, expresado en la satisfacción que
alcanzan durante el tiempo de proyección de la
película…"Dígame que más se puede
pedir, tener una pelada al lado mientras se ve cine. No hay nada
mejor, eso es lo único"

"Destinitos fatales" es un cuento construido en
tres actos, donde se rompe la continuidad en la historia y el
personaje protagonista a quien se le denomina como "el
hombrecito
", bien podría ser sólo uno o
tratarse de uno diferente en cada acto, aparece como un individuo
altamente influenciado por el cine y la literatura de horror,
tema recurrente en los tres actos y en gran parte de la obra de
Andrés Caicedo.

"Los mensajeros", cuento escrito en 1969, narra
la historia de la decadencia de la ciudad de Cali, luego de haber
sido en un pasado no muy lejano al tiempo de la narración,
el centro del cine mundial. De acuerdo al relato, la
ciudad alcanza dicho esplendor cinematográfico debido a la
llegada de productores y grandes estrellas del séptimo
arte quienes fundan "Los estudios del Río",
productora encargada de filmar gran cantidad de
películas que tuvieron como escenario a Cali y en la cual
los habitantes centraron su vida y sus sueños. Por esta
razón, cuando la productora cierra y los cineastas se
marchan (debido a una causa no establecida en la historia, pero
que podría tratarse de la violencia que hace
décadas vive el país), el tiempo se detiene para
los personajes quienes encerrados en su fracaso quedan sumidos en
una larga espera, convencidos que sólo cuando el cine
regrese renacerá la ciudad.

El cine aparece como medio de evasión de gran
parte de los personajes creados por Andrés Caicedo dentro
de su literatura. Es el caso de Angelita y Miguel Ángel en
el relato "El tiempo de la ciega", para quienes el cine se
convierte en un mecanismo que les permite alejarse de la
cotidianidad de la ciudad y un medio de relación con las
formas de vida e ideologías de vanguardia.
"Nos aficionamos a ver cine, íbamos todos los
días a las tres y media…y de tanto ver cine nos
fuimos volviendo muy progresistas.
"

En esa búsqueda, de referentes culturales y
entretenimientos diferentes a los acostumbrados por los
jovencitos de clase alta a la que pertenecen, Angelita y Miguel
Ángel chocan con la fatalidad al internarse en un barrio
del sureste para ver la película: "Más corazón
que odio
", en el teatro Libia. "Me sorprendió
encontrar un teatro tan elegante en un barrio así de
pobre, la entrada costaba cinco pesos
…". Allí
conocen al Mico, Marucaco y el Indio, jóvenes de clase
baja con quienes van recorriendo la ciudad, en lo que se
podría catalogar como el descenso a los infiernos de los
protagonistas. Al final Angelita muere a mano de uno de ellos y
Miguel Ángel huye hasta su casa y se encierra hasta que
los asesinos, decididos a borrar cualquier rastro de su crimen,
entran y lo matan. Los tres bandidos siguen delinquiendo y yendo
a cine a ver las películas de Charles Bronson, historias
que los identifican con su realidad de violencia y
destrucción. Estos personajes representan los
"Espectadores lumpen", catalogados por Andrés como
el tipo de público de los teatros populares para quienes
la calidad de un filme estaba relacionada con el grado de
identificación que proyectaba con su realidad y la
simplicidad de las historias que proponía.
"…Juzga las películas según coincidan con
la práctica de su realidad, que es cruel y peligrosa. De
allí el saboteo y la rechifla a películas
fantásticas".

1.2.6. Angelita y Miguel Ángel, el
largometraje

Luego del intento fallido de vender en Hoolywood los dos
guiones para largometraje que escribió, Andrés
inicia, junto a Carlos Mayolo, el rodaje de Angelita y
Miguel
. El guión de la película fue realizado
por Andrés. Esto significó ver cumplido su
sueño de llevar uno de sus escritos a la pantalla grande,
además constituía un gran desafío pues
aunque Mayolo ya tenía experiencia como director con el
mediometraje "Oiga mire vea" realizado junto a Luis
Ospina, la producción de largometrajes en Colombia era
mucho más difícil que en la actualidad.

El proyecto, que además permitió ver a
Andrés Caicedo actuando, quedó inconcluso debido a
desacuerdos entre Mayolo y Caicedo. Nueve años
después de la desaparición de Andrés, Luis
Ospina usó gran parte de las imágenes de la
película para realizar el documental "Andrés
Caicedo: unos pocos buenos amigos
" convertido hoy en el
material audiovisual más completo sobre la vida y obra del
autor caleño.

1.3. APROXIMACIÓN ANALÍTICA AL CUENTO
"EL ESPECTADOR" DE ANDRÉS CAICEDO

1.3.1. La historia

El espectador narra la historia de Ricardo
González, un jovencito caleño que va regularmente a
cine para entretenerse y alejarse del tedio que le produce la
ciudad. Después de ver la película "Ya eres un
hombre",
Ricardo siente la necesidad de verla de nuevo para
comprobar que no se equivoca al catalogarla como una
producción excelente. Asiste a todas las proyecciones de
la cinta y se sorprende con la reacción inconforme del
público frente al final de la historia, así que en
una de las funciones intenta
explicar a los espectadores el sentido de dicho final,
razón por la que es expulsado del teatro.

Ricardo vaga por las calles de la ciudad intentando
entender por qué a los espectadores no les ha gustado la
película; mientras lo hace añora encontrar a
alguien con quien comentar la historia y comprobar que en
realidad se trata de un filme de calidad.

Ricardo regresa al teatro para ver una nueva
función de la película y comprueba que cada vez
disfruta más la producción. Al final de la
proyección, el público enfurecido lanza todo tipo
de objetos a la pantalla y se aglomera frente a la taquilla
exigiendo la devolución del dinero de la
entrada. Un joven gordo interrumpe los insultos que la multitud
lanza hacia la película, asegurándoles que es una
de las mejores producciones del año. Ricardo siente gran
admiración y se alegra al pensar que ha encontrado un
individuo con quien relacionarse en una ciudad que no comparte
sus preferencias cinematográficas. La multitud se lanza a
golpear al Gordo, pero él logra escabullirse.

Ricardo sigue al Gordo por varias calles de la ciudad,
mientras lo hace imagina que entabla una conversación con
él sobre cine. Ricardo pierde de vista al joven por unos
instantes. Segundos después, ve salir al Gordo de una casa
amarilla junto a otros jóvenes, con quienes le propina una
golpiza a Ricardo, al catalogar su persecución como un
asedio homosexual.

Al final de la historia, Ricardo continúa yendo a
cine e imagina haber encontrado muchos amigos en la ciudad que
recorre una y otra vez, comparando las calles y los
transeúntes con las escenas observadas en la
pantalla.

1.3.2. La temática que aborda la
historia

El cine, la soledad, la incomunicación y Cali
como una ciudad frívola constituyen los temas abordados
por Andrés Caicedo en "El espectador". Intentaremos
analizarlos a la luz del relato y
de su significación respecto al trabajo del autor
caleño.

Con la primera frase: "Ricardo González iba a
cine"
, hasta la frase final: "Porque Ricardo
González sigue yendo a cine"
se abre y se cierra la
estructura narrativa cíclica de la historia en la que el
núcleo temático del relato es el cine. El cine como
motivador en la búsqueda de referentes sociales,
simbólicos y artísticos en la vida del personaje
protagonista, centro de las relaciones formales y ocasionales que
establecen los asistentes al teatro y es el detonante de la
confrontación estética que supone la
apreciación del filme. De esta manera, el cuento El
espectador
puede ser catalogado como el relato sobre cine
mejor elaborado por el escritor caleño.

Le gustaría decirle a cualquier persona lo
bello de esa película, pero se calla, sabe que tiene que
callarse, y cuando sale de cine recorre esta ciudad, hablando
solo y mirando al suelo,
conociendo de memoria los
andenes y repitiéndose colores,
caricias y palabras que ha visto en la pantalla.

Para Ricardo González su visión de ciudad
está directamente ligada a su relación con el cine.
La fuerte filiación establecida con el mundo de la
ficción le obliga a buscar referentes similares en la
ciudad, lugar que en su imaginario se configura a partir del
cine, más no de la realidad debido a que ésta no le
aporta elementos de identificación. Así que su
existencia se convierte en una experiencia desprovista de
significación que intenta superar a través de una
ilusión, el cine. "Pero si no voy a cine,
¿Qué otra cosa me pongo a
hacer
…?

Por lo anterior, el protagonista choca con el resto de
los habitantes, pues al carecer de una conexión
ideológica y simbólica con la ciudad, queda sumido
en la soledad y la incomunicación. "Es triste estar
aquí sentado sin nadie alrededor"
. Entonces, Ricardo
vuelca su interés en encontrar un ser igual a él
con quien logre entablar una relación estética
semejante frente al cine. Por ello, su dinámica consiste en ir al teatro y
deambular por la ciudad. "Pero si yo tuviera una persona amiga
que le gustara el cine, las cosas serian mucho más
fáciles. Si, yendo a cine todos los días, sin
importar que estuviera vacío y conversaríamos
después caminando por esta ciudad."

Pero la ciudad que Ricardo encuentra es una ciudad
frívola respecto al arte que aún no se abre del
todo al progreso y la modernidad, similar a las ciudades
categorizadas por Manuel Delgado en "El animal
público"
como ciudades ortogéneticas:
"Asociados a los modelos de la ciudad antigua oriental,
fuertemente centralizada, ceremonial, aferrada a sus
tradiciones"
. De hecho, los espectadores rechazan el final de
la película porque altera su concepción tradicional
de justicia, dado
que, los bandidos tendrían que entregarse a la
policía y pagar por su culpa. En contraposición a
la apreciación de Ricardo, modelo de una postura
contracultural en la que se asume una visión de
vanguardia, que el común de los espectadores no
comparte.

En la secuencia donde Ricardo se levanta de su silla
para gritarle al público la explicación del final
del filme, intenta que los espectadores comprendan el sentido de
la trama. Pero, la apreciación del arte es una experiencia
subjetiva en la que los campos de referencia y el universo
particular de significación de cada receptor son
fundamentales. Por esta razón, el público no
establece una visión más amplia en relación
con el cine y rechaza la película, en oposición a
Ricardo cuando señala: "Llevo tanto tiempo yendo a cine
que hasta conozco el olor de las personas que presentan en la
pantalla.
"

1.3.3. Los personajes

  • Ricardo González

Este personaje es la representación de la
búsqueda del autor por encontrar en Cali sensibilidad
hacia el arte, especialmente por el cine. Así como el
cuento "Los mensajeros" narra el ocaso del sueño de
Caliwood, en El Espectador el deambular de Ricardo por las
calles y los teatros se identifica con el deseo de Andrés
de reunir en su universo literario dos de los referentes que
más lo influyeron: Cali y el cine.

Ricardo es un individuo ajeno a la ciudad, por ello se
refugia en el cine, donde encuentra el placer y la
identificación que su realidad le niega. Usa la
ficción como un mecanismo de evasión, dado que el
universo proyectado en la pantalla hace real sus sueños
inconcientes. Linda Serger explica esta conducta de los
espectadores de la siguiente manera:

El cine aparece como espacio mítico capaz de
identificaciones y proyecciones del sujeto que encuentra en los
tipos cinematográficos modelos de héroes o de
deidades que satisfagan deseos más o menos
subconscientes, lugar de evasión frente a una realidad
provinciana y triste o una situación personal
insoportable.

Andrés Caicedo también hace referencia a
dicha tendencia. En su texto Especificidad del cine expone
la fuerte influencia que la ficción puede llegar a
ejercer:

Ante una discusión cinematográfica,
nuestro cineasta opta por el silencio, luego por la
lejanía, después por algo más grave que es
la soledad. Se va convirtiendo en lo que llaman un
cinéfilo. Ya no entiende a las personas, ya no necesita
enamorarse de mujeres reales: para qué si en la pantalla
las tiene mejores y más inteligentes; se aparta de las
actividades colectivas y va todos lo días a cine; repite
películas y empalidece; llega a extremos tales como
autoconverserce que sólo respira bien en la soledad del
cine y que afuera lo persiguen; busca, instintivamente, el
sitio de la sala que corresponde al sitio del cual
sueña; se va volviendo huraño y tosco y torpe;
tartamudea; ya no le hace caso sino a su propio juicio. Si las
circunstancias no le son del todo adversas puede encontrar a
otro sujeto tan enfermo como él, y en ese caso un
deambular de ojeras y de soledad compartidas, lo que significa
al menos un progreso.

Por eso, ante la imposibilidad de encontrar ese otro
sujeto con el cual pueda hablar de cine, Ricardo se refugia en el
plano de la imaginación en donde logra satisfacer sus
deseos.

  • El Gordo

Este personaje adquiere gran relevancia en el cuento
debido a su identificación con la juventud de la
época en la que Andrés da vida a sus historias. El
Gordo que usa jeans americanos representa el fenómeno de
las pandillas y los tropeles propios de la década de 1970
en la ciudad. El personaje muestra su frustración frente
al modelo de sociedad en la que vive, involucrándose en
confrontaciones violentas en todos los lugares donde asiste. Esa
es su razón para defender la película frente a la
multitud, pues no hay en él ninguna identificación
con el filme, como si ocurre con el protagonista.

El Gordo manifiesta su exclusión frente a la
cultura y sociedad en la que vive, tomando una actitud de choque
frente al medio que no puede afrontar sino a través de la
violencia, pues ella le permite esconder sus miedos y
frustraciones. Esta conducta es evidente en su incapacidad de
enfrentar a la multitud y a Ricardo cuando su gallada no le
acompaña. Gabriel Tarde, define dicho comportamiento
como: "Ese yo no se qué, que es todo el yo individual,
tiene necesidad de ocuparse de lo exterior para tomar conciencia
de sí mismo y fortalecerse, se nutre de lo que le
altera"

  • El público

Los espectadores a los que hace referencia el relato
representan al común de los habitantes de las ciudades.
Individuos que deambulan de un lugar a otro sin tomar una
posición definida frente al contexto histórico y
cultural en el que se desenvuelven. Es ejemplo de ello la joven
que asiste con su novio a cine, cuya única posición
es sonreír ante lo que sucede. Se trata de la
visión conocida como el hombre
masa, o tipo de individuos que adoptan el punto de vista
defendido por la gran mayoría sin preocuparse por asumir o
defender su opinión: "Los seres del universo urbano no
son auténticos, pero en cambio pueden vivir en estados
parecidos al de la libertad,
puesto que no ser nada les constituye en pura potencia,
disposición permanentemente activada a convertirse en
cualquier cosa"

2.
BITÁCORA CREATIVA

2.1. SOBRE EL ARTE DE LA
ADAPTACIÓN

Cine y literatura comparten como medio expresivo
más similitudes que diferencias. Si bien para algunos el
cine ha desplazado a la literatura de su papel difusor de cultura
y entretenimiento en el que se situó con la novela y el
folletín en el siglo XIX, este arte mantiene su papel
fundamental en la creación de historias que por su
originalidad, creatividad,
profundidad temática y riqueza estilística no le
han permitido a la narración escrita perder importancia
frente al encanto producido en los espectadores por las
imágenes cinematográficas. Por ello, desde sus
inicios, el cine ha buscado en la literatura gran parte de las
historias llevadas a la pantalla. Tendencia que se mantiene hasta
hoy en Hollywood y que también se hace presente en
Colombia, donde se puede apreciar en el número creciente
de largometrajes realizados a partir de adaptaciones de novelas
pertenecientes a escritores de gran éxito en el
país.

El acto de representar una historia presente en un texto
literario o dramático en una película es lo que se
conoce como ADAPTACIÓN CINEMATOGRÁFICA,
técnica que, como mencionamos anteriormente, nace con el
cine y cuya definición ha sido objeto de análisis y
controversia por parte de estudiosos y críticos de ambos
géneros. Para la mayoría de estos críticos
lo fundamental en cuanto a su definición tiene que ver con
el ARTE de adaptar, cambiar, convertir, transformar,
repensar, la estructura y contenido de una obra, con el
propósito de que su historia se presente a través
de un medio artístico diferente. El resultado de este
proceso es un nuevo material que debe poseer autonomía
estética y solidez en su trama para que adquiera su propio
valor artístico.

Ahora bien, enfatizamos en la palabra Arte debido
a la complejidad y cuidado estético que supone dichas
transformaciones, donde se hace necesario una lectura y
análisis cuidadoso por parte del guionista del material a
adaptar, así como un norte claro en el enfoque y finalidad
artística que tendrá la obra
audiovisual.

Lo interesante en todo este proceso es entender que con
las adaptaciones, el cine y la literatura encuentran el
vínculo que une su discurso narrativo, el
uno compuesto esencialmente de imágenes, el otro de
palabras. Discursos
similares en la presentación del relato de
unos sucesos, encadenados de acuerdo con una estructura lógica
y protagonizada por personajes ubicados en un espacio y tiempo
específicos. La concepción anterior de relato y
discurso debe
entenderse de acuerdo con la definición propuesta por
Sánchez Noriega en su libro De la
literatura al cine:
"La historia hace referencia al
qué, el discurso al cómo. El discurso es diferente
según el medio de expresión y los códigos
que ese medio emplee…"

Para expresar con mayor claridad la idea, diremos que
una misma historia puede contarse de diversas formas, pero
siempre va estar ligada al medio expresivo y discurso donde
se cuenta. Este principio es clave en el arte de la
adaptación, pues implica que las características y
la estructura del relato literario funcionen en el discurso
fílmico; de no ser así, se pasará a
suprimir, cambiar, añadir o sustituir elementos en la
historia (el qué), para dar lugar a una
adaptación coherente con el nuevo discurso (el
cómo)
en el que se cuenta. Linda Seger nos lo explica
en los siguientes términos: "El adaptador
eliminará todo lo que no es drama, de forma que al final
permanezca la esencia del drama que está en el interior
del otro material."

No es nuestro propósito agotar la
reflexión en torno al significado del proceso de
adaptación de un texto literario, proceso en el que deben
tenerse en cuenta un sin número de variables.
Sólo mencionaremos más adelante los elementos
presentes en la realización de nuestra adaptación,
así que nos limitaremos a recomendar la lectura de la
biografía
que sobre el particular incluimos al final de este
trabajo.

Retomamos nuestra idea inicial sobre la relación
entre literatura y cine, para clarificar que si bien el cine se
nutre de la literatura en la concepción de historias,
existe una correlación entre los dos géneros, pues
con las adaptaciones la literatura consigue difusión
masiva de obras que no alcanzan a llegar a todos los
públicos o, en el peor de los casos, han sido olvidadas o
rechazadas por los lectores. Esto hace significativo el
reconocimiento económico y publicitario que obtienen los
escritores cuando la adaptación de su obra a la pantalla
alcanza éxito y calidad.

2.2. PROCESO DE ADAPTACIÓN AL CINE DEL CUENTO
"EL ESPECTADOR "DE ANDRÉS CAICEDO".

La adaptación que hemos realizado puede
catalogarse como: Adaptación como
transposición
, la cual define el tipo de adaptaciones
en donde se pretende ser fiel al espíritu de la obra.
Así que en el caso particular de "El espectador",
nuestra intención es presentar un guión que guarde
coherencia con la trama y significado simbólico del texto
original escrito por Andrés Caicedo hace treinta y nueve
años.

Nuestro primer paso en el proceso de adaptación
fue escoger el cuento y considerar la pertinencia del relato como
posible material de adaptación. Luego escribimos un primer
modelo de sinopsis que fue descartado por alejarse del sentido
propuesto en la trama original y presentar una estructura
narrativa sin fuerza suficiente para conceder verosimilitud a la
historia.

Ante esto, replanteamos nuestro trabajo y decidimos
enfocarnos en la comprensión e interpretación de
"El espectador", en su trama y temática. Para ello
consultamos trabajos teóricos sobre cuento, material que
nos permitió retomar la conceptualización sobre la
estructura básica de un relato y enfatizar en las
características que debe poseer una buena historia.
Gracias a trabajos consultados profundizamos en los siguientes
conceptos:

  1. Núcleo del suceso: define la
    unidad, originalidad, intensidad y estilo depurado que debe
    poseer el argumento de la historia.
  2. El imperativo de la intensidad:
    Propone la eliminación de todos los rellenos o
    situaciones que alejen a los protagonistas del horizonte
    trazado en el argumento.
  3. Necesidad de la tensión:
    advierte sobre la necesidad de generar a lo largo del relato la
    tensión suficiente a fin de mantener el interés
    del lector para que éste no abandone la
    historia.
  4. La estructura: Propone la idea que en
    la estructura narrativa de un cuento moderno siempre se
    presentan dos historias. Ricardo Pligia lo explica de la
    siguiente forma: Un relato visible esconde un relato
    secreto, narrado de un modo elíptico y fragmentario. El
    efecto de sorpresa se produce cuando el final de la historia
    secreta aparece en la superficie
    ".

La idea anterior nos permitió determinar los
niveles de la historia presente en el cuento El
espectador
:

HISTORIA 1: "La búsqueda de Ricardo por
encontrar un amigo con quien hablar de cine"

HISTORIA 2: "La frialdad de la ciudad en la que
habita Ricardo"

Cuando pensamos en realizar la adaptación del
cuento teníamos la idea de que el protagonista Ricardo
González entraría a hacer parte de la historia de
"Ya eres un hombre", con la intención de mostrar la
obsesión de Ricardo por la película y porque
teníamos la concepción errónea de que si lo
convertíamos en un observador de los sucesos ocurridos
dentro de ella, reafirmaríamos su condición de
espectador; idea que nos traería grandes dificultades
desde el punto de vista de transición del personaje entre
los mundos posibles.

El concepto de mundos posibles nos permitió
comprender la trama y entender su composición en el cuento
"El Espectador":

Mundo1: Mundo donde vive Ricardo y el
Gordo.

Mundo2: Mundo narrado en la
película "Ya eres un hombre".

Mundo3: El mundo de los pensamientos e
imaginación de Ricardo.

Así que la idea de mostrar a Ricardo como parte
de la película "Ya eres un hombre" implicaba la
concepción de un Mundo4.

Sin embargo, no renunciamos a nuestra idea original y
realizamos la construcción de una primera escaleta, en la
que efectivamente Ricardo continuaba moviéndose entre los
mundos en varias de las escenas.

Efectivamente, con el tiempo tuvimos que revisar la
construcción de la transición entre los mundos y
precisar la información sobre el personaje principal que
aún no estaba suficientemente construida. Además,
la redacción era bastante literaria, lo que se
convertía en un verdadero problema en un trabajo de
adaptación para cine, en donde lo fundamental es narrar
visualmente.

Escribimos una nueva escaleta en la que incluimos las
correcciones de estilo, precisamos la información que no
era del todo clara y decidimos mantener la transición del
protagonista hacia Mundo4. (Ricardo en el mundo
de la película). Con esta escaleta superamos el problema
de dimensionalidad de la historia, es decir, terminamos la
construcción de la trama de la adaptación. Aspecto
que significó un avance significativo en el desarrollo de
nuestro proyecto y nos permitió iniciar la escritura del
libreto.

Comenzamos Inmediatamente la construcción de las
escenas con la claridad de que cada una debía narrar,
describir y contener diálogos desde una perspectiva
básicamente audiovisual, trabajo que no es fácil
para quienes estudiamos literatura, pues presentamos un estilo de
escritura marcado por nuestra disciplina.
Terminamos el primer borrador del guión y descubrimos que
varios sucesos no funcionaban aún dentro de la
construcción dramática del filme. De igual forma,
la
organización estructural de frases y párrafos
necesitaba ser corregida con la intención de dar mayor
claridad a la redacción de los acontecimientos y
descripciones de cada escena.

Continuamos trabajando en la lectura minuciosa de
guiones originales y adaptaciones que nos permitieron
familiarizarnos con la escritura cinematográfica.
Días después, terminamos la escritura de un nuevo
borrador del libreto. Luego de leerlo detenidamente resolvimos
que El gancho o catalizador, el cual Linda Serger
define como: "El elemento que pone en marcha tu
historia: ese primer acontecimiento con el que arranca la espina
dorsal de la historia"
, no era lo suficientemente
sólido para atrapar a los espectadores y se presentaba
casi seis minutos después de iniciada la película,
muy tarde para un cortometraje. De la misma forma, la escena de
transición de Ricardo entre Mundo1 y
Mundo4 era demasiado confusa y le restaba
verosimilitud al relato, así que por fin aceptamos que no
funcionaba en el guión y que además no
correspondía a la trama planteada en el cuento
original.

Detectar los inconvenientes anteriores nos hizo
comprender que necesitábamos depurar la trama, es decir,
suprimir las escenas que prolongaban la aparición del
gancho y desechar de una vez por todas, el tránsito de
Ricardo hacia Mundo4. Hecho lo anterior, dimos
por concluido el trabajo creativo. Pero, en una nueva lectura se
nos ocurrió que los diálogos correspondientes a las
escenas de la película "Ya eres un hombre"
debían ir en inglés
para agregar mayor verosimilitud a las acciones. Realizamos la
traducción de los diálogos y una
semana después el guión adaptado de "El
espectador"
estaba terminado.

2.2.1. Esquema de análisis comparativo de la
adaptación

A continuación presentamos un análisis
comparativo entre el cuento original y el guión adaptado
de acuerdo con el esquema propuesto por Sánchez Noriega en
el libro De la literatura al cine. Es importante anotar
que sólo incluimos los aspectos relacionados con el relato
corto que hemos adaptado.

  • Título

La adaptación conserva el título original
del cuento.

  • Transformaciones en la estructura
    temporal

Ubicación temporal: Se mantiene la
época (década del setenta) y el espacio (la ciudad
de Cali). Aspectos importantes para la configuración de la
trama y que además decidimos mantener como una forma de
representar la época del autor.

Hemos conservado en esencia la estructura
dramática del cuento. Para ello organizamos los eventos
que en el texto literario se narraban de forma discontinua para
obtener la direccionalidad que la historia requería en el
filme. También, por tratarse de la adaptación de un
cuento corto (ocho páginas) extendendimos las secuencias
que en el original aparecían implícitas o tan
sólo mencionadas, con el fin de desarrollar visualmente la
historia que en la adaptación tiene una duración de
veintidós minutos.

Orden: En la adaptación cerramos la
historia con el episodio donde Ricardo interrumpe una de las
funciones a las que asiste para explicar la película,
situación que se narra en la mitad del cuento, pero a
nuestro criterio funciona mejor en el texto audiovisual como
cierre de la historia.

  • Supresiones

Personajes: En la adaptación
decidimos focalizar la atención de Mundo2 en
sólo dos personajes: el jefe y la chica. Suprimimos los
acompañantes de los bandidos que aunque no se describen en
el cuento aparecen implícitos en la narración.
"Al final todo les sale mal a los hombres y la
muchacha".
De igual forma, la mujer de
vestido morado mencionada en el cuento como una espectadora, en
lo que sería la última secuencia de la
adaptación (escena 14), fue cambiada por varios asistentes
anónimos, con el fin de evitar ser reiterativos en la
presentación de espectadores luego de la
confrontación del público en el teatro (escena 9).
El portero era un personaje clave en los dos primeros borradores
del guión, pues pretendíamos que fuera él
quien comunicara la preferencia de Ricardo hacia la
película, pero al final, por razones de ritmo en la
narración, decidimos suprimirlo y es el mismo Ricardo
quien en un diálogo
con El Gordo menciona haber visto ocho veces la cinta. (Escena
11).

De acciones: La secuencia mencionada en el
relato donde uno de los bandidos empuña la mano para
quitarle el arma a un guardia que aparentemente ésta
muerto no se tiene en cuenta, porque decidimos iniciar el relato
de Mundo2 en la persecución y no desde
el robo del auto, con el fin de otorgar mayor fluidez a la
historia.

La parte final del cuento en el que Ricardo deambula por
la ciudad y va una y otra vez a cine se suprimió en la
adaptación, así como la secuencia en donde
nuevamente imagina tener muchos amigos para hablar de cine,
focalizándonos únicamente en el episodio del
Gordo.

Descripciones: Las descripciones que el
narrador hace de los espectadores en el teatro y a la gente en la
calle se suprimieron de la adaptación pero su
función en la historia se mantiene con la reacción
del público en el teatro (escena 9) y la
ambientación de la calle en las escenas 11- 12.

Diálogos: La mayoría de los
diálogos fueron creados por la guionista a partir de las
reacciones de los personajes descritas en el texto literario.
Sólo se conservaron parte de los diálogos del
cuento en la escena en la que El Gordo golpea a
Ricardo.

-"No me toqués, marica. Ni te acerqués
si quiera"

-"Qué te pasó no encontraste a
ningún amiguito en el teatro o qué
maricón".
(Escena 13).

  • Traslaciones

De espacios: No hay grandes
transformaciones, con ecepción de la escena 9 que en el
texto original ocurre en las afueras del teatro y en la
adaptación se desarrolla en la sala donde fue proyectada
la película, así como la persecución de la
escena 3 ocurrida en una ciudad norteamericana inexistente en el
cuento.

  • Transformaciones en personajes y en
    historias

De narraciones en diálogos: El
diálogo que imagina Ricardo en la escena 11, corresponde
en el cuento al narrador. Esta parte hace alusión a la
posible conversación entre Ricardo y el Gordo; si
éste logra alcanzarlo y entablar relación con
él. Los parlamentos creados en la adaptación son
menos extensos con relación al fragmento equivalente en el
cuento, pues lo esencial para nosotros en esa escena era mostrar
los conocimientos que Ricardo posee sobre cine.

De acciones: La secuencia de
persecución que ocurre en Mundo2
está implícita en la historia "Siguiendo paso a
paso las operaciones de
los bandidos, huyendo de la policía"
,
así que añadimos el espacio de la ciudad en la
escena 3 y los diálogos de los Bandidos en las escenas 4 a
la 7. Además desarrollamos las acciones y parlamentos de
los personajes del Sheriff y los policías que tan
sólo son mencionados en el relato original.

  • Añadidos

Secuencias dramáticas completas: No
añadimos ninguna secuencia, lo que hicimos fue desarrollar
visualmente las acciones implícitas o tan solo mencionadas
en el cuento original.

  • Desarrollos

Desarrollos completos de acciones
implícitas o sugeridas:
La secuencia de la
persecución en Mundo2 explicada
anteriormente (Escenas 4-7). Además, la escena 9 que
ocurre en el teatro fue ampliada con el fin de construir
diálogos para caracterizar los personajes de tal forma que
su reacción fuera creíble en la trama de la
película.

EL ESPECTADOR

Un cuento original de:

Andrés Caicedo

Guión adaptado
por:

Constanza Loaiza
Meneses

  1. ADAPTACIÓN DEL CUENTO "EL
    ESPECTADOR"

3.1 STORY LINE

RICARDO GONZÁLEZ, joven caleño, solitario
y apasionado por el cine, asiste reiteradamente a ver "Ya eres un
hombre", se convence que ésta es una gran película.
Busca desesperadamente alguien con quien comentar la trama de la
historia y hablar de cine, que es todo para él. Al final
de una de las funciones de la película es testigo de la
defensa que un joven GORDO, hace de la película frente a
los enfurecidos ESPECTADORES que piden la devolución de su
dinero. RICARDO sigue al joven por las calles para tratar de
abordarlo. Pero el GORDO confunde esta actitud con un asedio
homosexual, y le propina junto con su pandilla una
paliza.

3.2. SINOPSIS ARGUMENTAL

RICARDO GONZÁLEZ es un joven caleño de
veinticinco años de edad, solitario e introvertido, para
quien el cine se ha convertido en lo más importante de su
vida. Luego de ver la película "Ya eres un hombre", se
interesa en observar repetidamente la historia para determinar
por qué al resto de la audiencia no le gusta un filme que
en su concepto es excelente.

Una tarde de sábado, RICARDO asiste a la
función vespertina de la película "Ya eres un
hombre". Emocionado ocupa una silla en la segunda hilera frente a
la pantalla y se pierde en la trama de la
película.

En la película: DOS PATRULLAS de
policía persiguen un camión de valores por la
calles de una ciudad norteamericana, en los años sesenta.
Los policías disparan al camión de valores sin
causarle ningún daño.
La cabina del camión la ocupan los BANDIDOS: una CHICA
rubia de hermosa apariencia y EL CONDUCTOR (El jefe de la banda
un hombre blanco de mediana edad). LA CHICA le señala a su
compañero un atajo y el camión toma esa
dirección a gran velocidad. Minutos después, al
camión se le pincha la llanta trasera. Desesperados LOS
BANDIDOS deciden explotar la puerta del camión, para sacar
el dinero,
pero no logran destruirla. Escuchan las sirenas de las patrullas
acercarse. Abandonan el auto y huyen hacia la montaña que
está frente a ellos.

Partes: , 2, 3

Partes: 1, 2, 3
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